Auge de acciones y bonos desafían a los escépticos en 2023
Este año podría pasar a la historia como uno de los más inusuales de todos los tiempos en los mercados financieros, sobre todo porque todo parece haber salido bien a pesar de muchas turbulencias y que muchas predicciones resultaron erróneas.
Por ejemplo, los mercados de renta variable. Las acciones mundiales han subido más de 20 por ciento a pesar de las tasas de interés más altas de las últimas décadas y de una minicrisis que acabó en el primer trimestre del año con uno de los bancos más conocidos de Europa, Credit Suisse, y con otros más pequeños de Estados Unidos.
En los mercados de renta fija, hace sólo unos meses los inversores esperaban que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, banco central) y compañía subieran las tasas y las dejaran ahí hasta que comenzaran las recesiones. Ahora, los mercados de renta fija esperan que los bancos centrales se embarquen en una oleada de bajadas de tasas de interés, con la inflación aparentemente domada.
Los gigantes de la tecnología entre los más ganadores
Otras áreas de los mercados han experimentado giros bruscos que resultan desconcertantes. El bitcóin ha subido casi 160 por ciento en el año.
Algunos de los bonos de los mercados emergentes más castigados han logrado ganancias de tres dígitos, mientras que los “siete magníficos” de los gigantes tecnológicos han experimentado una subida de 97 por ciento en conjunto.
“Si me hubieran dicho a principios de año que tendríamos una crisis bancaria regional en Estados Unidos y que Credit Suisse dejaría de existir, no estoy seguro que hubiéramos adivinado que veríamos el año que hemos tenido para los activos de riesgo”, declaró Andrew Balls, director de Inversiones de Renta Fija Global de PIMCO.
El resultado ha sido una rentabilidad de entre 3.5 y 6.5 por ciento de la deuda pública y un repunte de 10 billones de dólares de las acciones mundiales.
El valor de las acciones de Meta se ha disparado 197 por ciento y las de Tesla 105 por ciento.
El compuesto tecnológico Nasdaq, uno de los tres principales índices de la bolsa de Nueva York, está en la cúspide de su mejor año en dos décadas, mientras que la firma Nvidia se ha catapultado casi 240 por ciento por la demanda de chips semiconductores para el desarrollo de inteligencia artificial (IA), entrando al club del billón de dólares.