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La oposición a prueba

Votar a favor de las iniciativas sería contradecir su línea política, votar en contra podría acarrearles alejamiento del pueblo

Por Ángel Álvaro Peña

Las iniciativas de ley que el Presidente envió al Legislativo, se convierten en un legado político para algunos, en una intromisión en los comicios para otros, en una manera de figurar todavía como el Jefe Máximo, su tentación de seguir mandando, aunque sea de lejos, etc. Lo cierto es que son tan genéricas y claras que pocos pueden decir que no, porque les ocasionaría votos en contra.

Son benéficas para los más desprotegidos que hasta la propia Xóchitl Gálvez anunció que regresaría al Senado sólo para votar en favor de dichas iniciativas y demostrar así que no le tiene miedo al Presidente.

Así las iniciativas de ley no son un tema simple y tiene varias aristas que deberían ser analizadas y la oposición pareciera estar desorientada sobre la verdadera intención de enviar al Congreso dichas reformas.

Además de ser iniciativas colocadas al debate parlamentario a finales de un sexenio, representan una postura definida respecto a la realidad a unos días de iniciar las campañas electorales más numerosas de la historia de México.

Es decir, ver con simpleza estas iniciativas sería pecar de ingenuo y mientras más significados le encuentren más se esconde la verdadera intención.

Así, propuestas como “Reafirmar el derecho de adultos mayores a recibir una pensión universal, tal como las personas con discapacidad”. O bien “Reconocer a los pueblos y comunidades indígenas y afroamericanos como sujetos de derecho público, atendiéndolos de manera preferente, por ser los habitantes más olvidados de México. Consultarlos cuando se trate de obras que los pueden afectar. Tendrán personalidad jurídica para recibir recursos”, representan un beneficio para muchos que en caso de negarse a aprobar tendrían a la opinión pública en contra.

Así las 20 iniciativas parecieran escogidas con detenimiento, porque obligarán a tomar una postura política públicamente, en cada una de ellas. Otra de las propuestas es: “Otorgar becas a estudiantes de familias pobres, en todos los niveles de escolaridad”, también podemos nombrar: “Garantizar atención médica integral, de manera gratuita, a todos los mexicanos”.

Es inédita la fuerza que muestra un Presidente a estas alturas del sexenio. Por eso puede interpretarse este paquete de iniciativas como una manera de seguir estando en la política una vez que se aprueben o rechacen, la sobrevivencia de la personalidad perdura, a pesar de que se vote a favor o en contra, porque están seleccionadas como si se tratara de lo que no se pudo hacer en seis años y también puede apreciarse como un inicio de debate para el próximo sexenio, cuando su figura se haya alejado, pero no olvidado. Una lista de asignaturas pendientes.

Nadie, en este momento podría negarse a iniciativas como ésta: “Que los trabajadores y sus familias puedan ser dueños de sus viviendas”, a menos que se quieran perder votos. Así la oposición está entrampada, si va en contra de las iniciativas les restan votos, pero si votan a favor mostrarían debilidad y hasta sumisión, lo cual también les restaría votos.

Podría decirse que es una prueba para mostrar talento político y si logran sortear este reto, seguramente estarán preparados para seguir vigentes en la política, pero deberán continuar trabajando desde la oposición para entender los verdaderos objetivos de dichas reformas que en algunos casos, requieren de una mayoría calificada para reformar artículos de la Constitución, sólo un par de iniciativas dependerán de la mayoría simple, lo que obliga a la oposición a actuar con inteligencia a la hora de levantar la mano y aprobar o rechazar cambios importantes en la normatividad de la vida política de México.

Entre otras iniciativas está “Prohibir el fracking”, proceso en el que se utiliza una gran cantidad de agua para extraer petróleo.

Así, la atención de la población estará puesta sobre los coordinadores parlamentarios y tendrán como telón de fondo las elecciones, aunque en algunos casos podría ser al revés, el caso es que aún al final del sexenio la agenda política, legislativa y judicial la sigue marcando el actual Presidente de la república.

Una de las propuestas del Presidente que necesita de la mayoría de los legisladores es: “La reducción de gastos destinados a campañas y partidos políticos, la disminución del número de regidores en gobiernos municipales, el que se quite el uso de excesivas burocracias electorales y eliminar las candidaturas plurinominales. El congreso se constituirá por 300 diputados y el Senado, con 64 y no con 128 legisladores como ahora. Tanto los consejeros como los magistrados de los organismos electorales serán electos por el voto libre, directo y secreto. Se fortalecerá la democracia participativa con la reducción de lo necesario en las consultas populares, las cuales serán vinculatorias, igual que en la revocación de mandato”, que, si bien beneficia la economía y agiliza la política, afecta a una oposición que prefiere las candidaturas plurinominales a las campañas.

A la oposición en el Congreso parecía estar condenada al destino del cohetero, si aprueban los critican, si rechazan los critican. La condena popular pareciera convertirse en el destino pero habrá que ser oposición de verdad y colocar su sello aunque sea al final del sexenio.

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