MIYULI el retorno al PRI
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“Jamás hubo una guerra buena o una paz mala.” – Benjamín Franklin.
Vaya conmoción la generada –dentro de algunos sectores de la sociedad, especialmente esos priistas más papistas que el papa- por la participación del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en una conferencia denominada “Gobierno de Coalición en Veracruz” bajo el auspicio e invitación de la Fundación Colosio Veracruz.
En primera instancia la cita se había señalado para desarrollarla en el auditorio “Jesús Reyes Heroles” de la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ubicado en la Avenida Ruiz Cortines y Francisco Moreno de Xalapa.
Pero como era eso posible, sí Miguel Ángel Yunes Linares fue y ha sido el más férreo de los opositores del que en antaño fuera su partido formacional, donde construyó carrera política, donde se formó, aprendió y conoció todos y cada uno de los secretos de la política.
El temor de sus actuales dirigentes, es que en una de esas, la entrada del considerado demonio azul del PAN, fuera agrietar las columnas y las bases del recinto priista, cosa que en verdad resulta tan absurda, como el que hoy, 25 años después lo tengan de aliado y candidato en la fórmula senatorial.
Pero así es la política, un juego de vaivenes, en los que un día los que eran enemigos a muerte, encuentran un punto de coincidencia en el afán de lograr la victoria electoral por el bien superior de la sociedad.
Así de simple.
Hubiera sido una excelente muestra de civismo político, y de altura de miras, el recibir a tan valioso personaje de la política en la sede del partido que alguna vez dirigió, -aun cuando para algunos, el recuerdo de la apabullante derrota le cause malestar y escalofríos-, pero los priistas de esta generación habrían podido contemplar, cómo es que el priismo de antaño mostraba clase y altura de miras, en eso de hacer política.
La invitación que ha corrido a manos de un viejo conocido de Yunes Linares, ha corrido de la mano de Crisoforó Hernández Cerecedo, un extraordinario ser humano, al que tengo el gusto de conocer de hace más de 25 años, pero sobre el que pesan más halagos y buenos comentarios que otras cosas.
Crisóforo Hernández Cerecedo no es un improvisado, mucho menos forma parte de esta nueva camarilla de políticos que hoy Alejandro Moreno Cárdenas trae como marionetas haciendo como que controlan al PRI, en los momentos que avizoran el más triste de los finales.
El querido “Choforo” como le conocen sus amigos, es Licenciado en Economía por la Universidad Veracruzana, fue síndico, tesorero y presidente municipal de Tuxpan, fue diputado local, representante del Gobierno de Veracruz en la zona norte, secretario técnico de la Comisión Anticorrupción de Participación Ciudadana del Senado de la República, Director de Organizaciones y Partidos Políticos del Gobierno del Estado de Veracruz, subdirector de Enlace Regional de la Dirección de Política Regional de la Subsecretaría de Gobierno de Veracruz.
También, fue Director de Gobernación de la Secretaría de Gobierno, Asesor de la Subsecretaría y Secretaría de Gobierno, Director de Planeación, Vigilancia y Concertación de la Dirección General de Tránsito y Transporte del Estado, Coordinador de la Comisión Estatal Electoral, Delegado de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, entre otros muchos encargos.
Con esto se confirma que el ejercicio de presentar una conferencia, con el único mandatario que pudo derrotar al priismo hegemónico, era la evidencia y muestra fehaciente de que “en política, ni las guerras son eternas, ni los pleitos son para siempre”, que llegó el momento de buscar las coincidencias, a pesar de las diferencias.
Ahora será conveniente no perderse la exposición que tendrá como sede el Salón Ghal en la Avenida Xalapa y Ruiz Cortines, cerca de la Secretaría de Finanzas y Planeación el próximo miércoles 28 de febrero a las 17 horas.
Porque seguramente se conocerán muchos detalles de cómo y cuándo se construyó aquella primera alianza entre el PAN y PRD –en la que Rogelio Franco Castán, tuvo un protagonismo crucial- que logró vencer al PRI de un Javier Duarte –responsable directo- de la transfiguración del viejo PRI en este nuevo instituto político que presenta los peores negativos que un partido en México pueda tener. Y a pesar de ello, se mueve.
Al tiempo.