COLUMNISTAS

Nahle con el enemigo en casa

La simple presencia de alguien inexperto en un estado que todos los días respira política y practica grilla daña a sus compañeros por negligencia e ineptitud

Por Ángel Álvaro Peña

Lo sucedido a la candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz, en el café La Parroquia, del puerto, de ese nombre, tiene culpable con nombre y apellido, responsable pero no culpable: Esteban Ramírez Zepeta, un muchacho improvisado, invención de las aficiones de Cuitláhuac García Jiménez, que lo colocaron en un cargo que puede costarle la derrota a su candidata.

El ex coordinador de asesores del Gobernador actual, cree que apoyar la campaña de Nahle, consiste en no separarse de ella para nada. Muestra de que nada sabe sobre su labor, así lo ha demostrado en sus cargos anteriores.

A Rocío Nahle la abuchearon comensales de este tradicional restaurante, durante la conferencia de prensa planeada en ese lugar, previa al inicio de su campaña el imberbe coordinador desconoce no sólo la historia del puerto, sino a sus fuerzas vivas, sus líderes y protagonistas, como para haber tomado precauciones, serias y estrictas. Pareciera servir sólo para contemplar a la candidata y aplaudirle como foca de circo.

Esteban Ramírez Zepeta

Ramírez Zepeta nació en un pueblo cercano a Tabasco, de menos de 80 mil habitantes, y la fortuna le sonrió al conocer a Cuitláhuac, quien se dedicó a domesticar a su amigo Esteban. A partir de esos días hasta se tituló de licenciado en Ciencia Política de la noche a la mañana, y se convirtió en la mano derecha del gobernador, a grado tal que solía atender asuntos que sólo incumbían a su jefe. Desde entonces mostraba su torpeza para complicar los asuntos que después fueron graves problemas para el Gobernador cuya resolución no se ha concretado aún.

Pisó cuantas cabezas debió pisar para convertir a su íntimo amigo Esteban en el líder estatal de Morena, nombramiento con el que no todos estuvieron de acuerdo dentro y fuera de Morena. Desde ese momento visitaba su pueblo manejando una camioneta de lujo e incrustando familiares y amigos en la estructura del partido y del gobierno estatal.

Parecía estar recogiendo jóvenes para una fiesta, que luego colocaba en cargos públicos importantes, tal es el caso de Fernando Vázquez Ferman, a quien Ramírez convirtió en suplente de Morena en OPLE Veracruz, otro de sus ahijados es Aldair Portugal, a quien apoyó Ramírez Zepeta con mucho ánimo. Pero eso sí, su trato siempre fue despótico sobre todo con las mujeres o cualquier persona que no estaba dentro de sus amistades.

La corta inteligencia de Esteban se suma a la mala memoria. Debió estar atento a cualquier posibilidad de sabotaje, más aún en el lugar donde en algunas ocasiones los contrincantes desayunan sobre todo los fines de semana. Semanas antes se saludaron casualmente el candidato del PRI-PAN-PRD y el ex gobernador Miguel Ángel Yunes en una de esas mesas, en las que estaban sentadas las señoras que le gritaban improperios a Rocío.

El antecedente que nadie debe olvidar dedicándose a eso de las campañas fue cuando a Cuauhtémoc Cárdenas se le aparecieron en el puerto de Veracruz unos travestis que no descansaron hasta plantarle un beso en la mejilla. Hecho que Ramírez Zepeta no conoció y si lo supo se le olvidó, a menos que trabaje para los dos bandos. Las trampas de los veteranos de las campañas políticas suelen estar llenos de complejidades que hombrecillos como Ramírez desconoce.

Como estos incidentes ha habido varios con el sabor y picardía veracruzana, para la cual está vedado entender un joven con la visión tan limitada. Hace algunos años, en plena campaña del actual Presidente de la República, se plantaron algunas personas en sus mítines en el estado con la consigna que alguno de los políticos más aguerridos de la entidad quiso convertir en arenga nacional: “Viejo guango”.

Pero aún desconocido este incidente todavía fresco en la memoria de los jarochos, el joven debió conocer el espacio donde la candidata estaría, enviar una avanzada, el mismo hacer “scouting” y cubrir las mesas aledañas con gente de ellos. A nadie con dos dedos de frente se le ocurre hacer una rueda de prensa, anunciada con antelación, en un lugar público, debió realizarse en un espacio cerrado. No se trataba de un evento público ya que el inicio de la campaña sería horas más tarde y los únicos convocados eran los medios en ese momento y no los comensales de clase media que acostumbran asistir a La Parroquia cada domingo.

Los gritos orquestados, premeditados o espontáneos de los contrincantes, invadieron el sonido de los micrófonos que utilizó Rocío Nahle para informar en detalle, a los medios, de su itinerario, proyecto de campaña y propuesta general de gobierno.

Nadie le pide al inexperto jefe de campaña que esté a la defensiva, a pesar del golpeteo que arrecia contra su candidata desde hace meses, a quien, con cualquier pretexto atacan, a veces con mentiras y a veces con realidades.

Las declaraciones previas al inicio de la campaña por la gubernatura estuvieron plagadas de cuestionamientos y críticas hacia el enemigo, los cometarios públicos de los candidatos carecían, por completo de propuestas. Una que otra se asomaba por el discurso sin ser tomado en cuenta. La guerra contra Rocío Nahle inició cuando advirtieron que no había nacido en Veracruz; sin embargo, algunos medios dijeron que la reforma al artículo 11 de la Constitución del estado de Veracruz, abría las puertas y allanaba el camino a su candidatura a la gubernatura.

La reforma al artículo 11 que, desde hace muchos años, casi un siglo, se adicionó una fracción, cuyo contenido ya aparecía en el cuerpo del artículo, por lo que algunos aseguraron que se trataba de la manipulación del partido en el poder para dar cabida a su candidatura, cuando en realidad el derecho de hijos de padre o madre veracruzanos a ser votados en cualquier puesto de elección popular, incluyendo la gubernatura, estaba asentado en sus leyes desde el 25 de septiembre de 1917.

Imposible exigirle a una persona tan ignorante como Ramírez Zepeta datos tan elementales. Todo cargo que ha tenido no sólo lo aprovechó en beneficio propio sino en detrimento de la administración de Cuitláhuac García y del erario veracruzano. Esta vez su error debería tener repercusiones si en realidad quieren un Veracruz libre de corruptelas.

Es tiempo de que Rocío Nahle se dé cuenta de que tiene un equipo deficiente, muchos de ellos deben dedicarse a otra cosa y mientras más pronto mejor. Esta vez el error fue imperdonable.

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