ESTADOS

Infraestructura insuficiente podría ralentizar la electromovilidad

A pesar de los retos, la creciente demanda por vehículos eléctricos muestra oportunidades en la lucha contra el cambio climático.

La transición hacia la electromovilidad enfrenta una serie de desafíos que podrían ralentizar su adopción y viabilidad a largo plazo, como la insuficiente infraestructura de recarga, la vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos extremos y la posible escasez de litio. Estos factores no solo plantean problemas técnicos y logísticos, sino también implicaciones económicas y de confianza entre los consumidores, según el reporte de sustentabilidad 2023 de Vemo.

Durante los primeros tres meses del año, en México se han vendido 40,230 vehículos híbridos y eléctricos, marcando un crecimiento del 190% en comparación con el mismo período de 2023, según datos del Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL) del Inegi; las entidades con mayores ventas fueron Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León.

En 2022, México contaba con 1,146 cargadores de vehículos eléctricos en todo el país, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA); ante este panorama, Vemo ha decidido expandir su red de cargadores a nivel regional para facilitar los viajes interurbanos.

Prioridad en las grandes ciudades
La empresa adquiere y opera infraestructura de recarga en lugares estratégicos tanto públicos como privados, adaptados para diversas marcas de vehículos eléctricos que circulan en México. La meta de Vemo es alcanzar más de 1,000 cargadores para finales de 2024, duplicando su presencia respecto al año anterior. Actualmente, más del 70% de estos cargadores se encuentran en la Ciudad de México, que es la entidad con mayor infraestructura de recarga.

“Se están electrificando seis tramos carreteros clave que conectan con la capital como Puebla, Querétaro, Pachuca, Toluca y Cuernavaca, esta iniciativa busca crear una red de recarga confiable que permita a los conductores viajar entre estas ciudades sin inconvenientes”, dijo a El Economista Andrea Álvarez, líder ESG de VEMO.

También están expandiendo su presencia en ciudades con alta densidad vehicular como Guadalajara, Monterrey y Tijuana, que ya cuentan con infraestructura de recarga y seguirán siendo áreas de crecimiento. La Península de Yucatán, especialmente Cancún, también es una región prioritaria debido a su importancia para la conectividad entre el sur y el centro del país.

Vemo tiene convenios con BYD, JAC y Renault para adquirir vehículos eléctricos que operan en colaboración con Uber, “en Ciudad de México, contamos con una flota de más de 630 vehículos eléctricos, al pedir un taxi por aplicación y llega un vehículo eléctrico con un chofer que es directamente nuestro empleado”, detalló Álvarez.

Desafíos de la electromovilidad
La limitada infraestructura de recarga actúa como un obstáculo para la adopción de vehículos eléctricos, aunque las regulaciones pueden promover opciones de transporte sostenible, la falta de estaciones de recarga suficientes podría desalentar a los consumidores, creando un ciclo de baja adopción.

La posible escasez de litio, un componente esencial para las baterías de los vehículos, podría interrumpir la cadena de suministro y aumentar los costos de producción, lo que llevaría a precios más altos para los consumidores y podría desacelerar la adopción de esta tecnología, esta situación también incrementa los riesgos de inversión en el sector, se lee en el informe.

En respuesta a los crecientes desafíos climáticos, Vemo subraya la necesidad de diseñar infraestructura resiliente, «si pones un cargador en la playa, en Quintana Roo, debe soportar huracanes fuertes y altas temperaturas» los cuales pueden causar daños severos a la infraestructura y resultar en pérdidas de ingresos y aumento de costos de reparación y seguros. Además, la falta de servicios de recarga fiables puede dañar la reputación de las empresas y la confianza de los clientes, explicó la especialista en sustentabilidad.

Optimismo en la transición energética
A pesar de los desafíos, el cambio climático presenta oportunidades significativas para la electromovilidad, “la creciente conciencia ambiental está impulsando la demanda de vehículos eléctricos, lo que podría acelerar la transición hacia un transporte más sostenible”, acotó la experta.

Desde su fundación en 2021 hasta 2023, Vemo registró 30,000 toneladas de emisiones reales, y logró disminuir 14,000 toneladas, lo que representa aproximadamente el 38% de su inventario total de emisiones. Este ahorro se incrementó más de cuatro veces en el último año, alcanzando las 10,800 toneladas ahorradas, debido a la expansión de su flota de vehículos eléctricos.

Para 2028, planean que más del 80% de la electricidad utilizada en sus principales centros de carga provenga de fuentes limpias, comenzando con al menos un 12% este año a través de acuerdos de compra de energía y la integración de paneles solares y baterías reutilizadas de vehículos eléctricos en su infraestructura, “la meta es que nadie se quede atrás en la transición energética”, puntualizó Álvarez.

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