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REGALITO DE DESPEDIDA

Mario Delgado, -presidente de MORENA-, pidió a sus aliados, los diputados del PT, ayudaran a sacar la reforma del Poder Judicial como un regalo de despedida para el presidente López Obrador.

Esta frase resume la frivolidad con que se dio vida a la reforma judicial.

Esta reforma constitucional, -de gran significado para el futuro de México-, no fue conceptualizada después de un análisis centrado en el beneficio para los mexicanos y su derecho a una justicia pronta y expedita, sino que fue un capricho presidencial matizado de venganza en contra de la ministra presidenta de la SCJN, así como contra los jueces que se interpusieron en contra de sus proyectos y decisiones políticas.

No fue una reforma sustentada en razonamientos serios, sino una decisión nacida de forma visceral y convertida en capricho. De ahí la cerrazón de los legisladores de MORENA y aliados a escuchar a los sectores involucrados, a la sociedad, e incluso a organismos internacionales que alertaron de graves repercusiones para el país.

Sin embargo, los legisladores del obradorato reaccionaron como discípulos del profeta, -y con la veneración que éste les merece-, cumplieron el capricho sin cuestionar su impacto en la sociedad.

Las prisas y las imposiciones plenas de soberbia de la bancada morenista y sus aliados evidencian la falta de compromiso con la democracia.

Nadie puede impedir a los morenistas ofrecer un regalo de despedida a su líder moral y profeta, pero hubieran realizado una colecta y regalarle una camioneta para su nueva vida campirana, o una avioneta, o lo que se les hubiera pegado la gana, pero un Congreso de un país tan importante no puede legislar pensando en un “regalito de despedida” para el prócer de la transformación. El país no es suyo. Es más, el proyecto de la 4T no recibió en las urnas un gran voto mayoritario

Si el índice total de votación en las pasadas elecciones fue del 61%, -o sea que votaron 60 millones 115 mil mexicanos-, y si de ese porcentaje MORENA y aliados sólo tuvieron el 59.36 % de los votos, -que equivalen a 35 millones 684 mil votos-, de un gran total de 98 millones de mexicanos inscritos en el padrón electoral y con credencial para votar, ésto significa que quienes votaron por MORENA y aliados simplificadamente representan solamente a uno de cada tres mexicanos, lo cual, si bien les da legitimidad, de ningún modo representan las aspiraciones de todo México.

 Un cambio tan trascendental para el futuro de México no debe tener como origen darle gusto a un soberano. ¿Dónde queda la capacidad de discernimiento de un legislador y su “libertad de conciencia”

La trascendencia de un Congreso Constituyente ameritaba darle la formalidad y realce a su trabajo.

¿A usted qué le parece?

 

 

 

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