COLUMNISTAS

LA INVASIÓN CHINA

Cada vez más aumenta en nuestras calles el número de autos chinos, con gran belleza y precio accesible. Las marcas son variadas

En los últimos años la percepción respecto a la calidad de los productos chinos ha evolucionado a partir de la idea compartida de que lo producido en China es barato y de baja calidad. En contraste hoy sabemos que existe toda una gama de calidades, desde lo barato hasta el lujo y la calidad cuestionable, hasta productos de gran tecnología pero a muy buen precio.

Recuerdo la plática de un consultor prestigiado en comercio exterior que decía que los chinos eran una mezcla de capitalismo agresivo con prácticas laborales abusivas, lo cual permite generar grandes ahorros en mano de obra, que les permite competir exitosamente en el exterior por tener siempre el mejor precio.

Evidentemente la explotación laboral sólo puede darse en un contexto de dictadura comunista donde las huelgas sindicales están prohibidas, lo cual es imposible en una democracia.

Sin embargo, la calidad de vida lograda con el sacrificio de quizá toda una generación de trabajadores ha permitido aumentar la calidad de vida en general y para toda la población, sin perder el beneficio de la mano de obra barata.

Esta es realmente la preocupación actual del gobierno norteamericano, el surgimiento de una potencia industrial subsidiada laboralmente.

Incluso el crecimiento de plataformas de comercio electrónico chinas como Temu, -lanzada en septiembre del 2022 y a la fecha cubre 49 países-,  y Alibabá, o Aliexpress, con precios impresionantemente bajos, están llevando productos chinos a todo el mundo, con un servicio de entrega muy confiable.

En esta lucha entre China por expandir su mercado y Estados Unidos defendiéndose, -principalmente en esta era Trump-, es que México se encuentra atrapado como en una lucha de gigantes.

China ve a México como una geográficamente estratégica como plataforma de expansión y por ello intenta congraciarse con México.

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