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LA POLÍTICA, LA VERDAD, LA JUSTICIA

En nuestro México no está muy claro quién es y quien no es un político honesto. En principio, es político el que está incorporado a un partido, para lo cual no es indispensable contar con una patente de honestidad. Por eso, los propios partidos políticos contribuyen a la confusión, al recibir en su seno a quienes no son particularmente probos, ni lo han sido nunca, ni lo serán jamás.

A los partidos políticos, se llamen como se llamen, pertenecen líderes, luchadores sociales, delincuentes, bribones, estafadores, prometedores, etc., etc., los cuales integran algo tan paradójico y contradictorio como un grupo de –dirigentes no ejercientes de probidad-. Y que conste que con ello no se quiere decir a los que transitoriamente, por alguna razón o incompatibilidad se afilian a otro partido oponente en ideología. Si el pueblo de México aclama y aplaude a esa caterva de políticos delincuentes, no hay que quejarse de la confusión.

Pero, en fin, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., quiere hablar de los estadistas que son los políticos de verdad, de probidad. Si la abogacía quiere hacerse de una clara idea de lo que es la política, quizá debería de empezar por repasar las magníficas palabras expresadas por Jules Barbey d’Aurevilly,  en su libro “Les philosophes et les écrivains religieux”, quien fuera un valioso crítico que, en su vida, influyó en cuestiones de orden social: “ni los que aman la verdad, ni los que aman la justicia pueden ocuparse de la política, ya que ésta, a su vez, nada se ocupa de la justicia, ni de la verdad”.

En esas palabras y entre líneas aparecen las palabras de verdad, justicia, astucia, interés, desidia, arrogancia, liderazgo, elocuencia, impostura, demagogia, corrupción y doble moral, siempre coloreadas en discursos grandilocuentes. Esas expresiones exageran las condiciones que, en su debida proporción, están presentes en la política.

A manera de corolario la abogacía independiente de la República desea que en México se eviten confusiones y que sus políticos no incurran en actos de traición a los intereses de justicia, ya que ellos son los reales y legítimos dirigentes para crear una Patria reluciente que el pueblo requiere.

Luego entonces las palabras política, verdad y justicia no se entrelazan.

Es cuánto.

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