Rusia y China refuerzan sus nexos y critican la hegemonía de Occidente
Con la sintonía personal que caracteriza cada encuentro de sus líderes, Rusia y China reivindicaron este jueves en el Gran Palacio del Kremlin su derecho a estrechar relaciones en beneficio mutuo, sin importar las presiones y amenazas de sanciones desde Washington, lo que se desprende con toda claridad de las dos declaraciones conjuntas –sobre estabilidad estratégica global y fortalecimiento de los nexos bilaterales– que firmaron el anfitrión, Vladimir Putin, y el huésped, Xi Jinping.
En la ceremonia de firma, en la Sala de Malaquita del Kremlin, transmitida en directo por el canal Rossiya-24, Putin destacó que las relaciones entre Moscú y Pekín tienen el nivel más alto de su historia: son autosuficientes y no dependen de factores políticos internos ni de la actual situación mundial.
El presidente de Rusia, tras constatar que el heroico pasado común y la hermandad de combate son una base fiable para impulsar y robustecer los nexos binacionales, enfatizó que dicha asociación estratégica y cooperación global se basan en los principios inviolables de igualdad de derechos, asistencia y apoyo recíprocos, y la amistad inquebrantable de los dos pueblos y estados.
Para el titular del Kremlin, ambos países tienen posiciones coincidentes o muy cercanas en los principales puntos de la agenda internacional y practican una política exterior independiente que busca contribuir a crear un orden multipolar más justo y democrático.
El mandatario de China subrayó que ambos países, en tanto factor positivo y avanzado de estabilización en la comunidad mundial, deben estar hombro con hombro en la resuelta defensa del orden global basado en el sistema de relaciones internacionales de la Organización de Naciones Unidas y en el derecho internacional, y contribuir siempre a un mundo multilateral igual para todos.
Enfatizó: Importa seguir siendo locomotora en la gestión global mediante el respaldo recíproco.
Xi considera que el derecho a decidir el futuro del planeta y de distribuir los logros del desarrollo global pertenece a todos los países del mundo por igual. En ese sentido, China y Rusia como grandes potencias con mercados en formación asumen la noble misión de asegurar que el desarrollo global se lleve a cabo en la forma más justa y racional.
El gigante asiático –según se lee en una de los documentos firmados por Putin y Xi– apoya los esfuerzos de su vecino para garantizar la seguridad y la estabilidad, el desarrollo nacional y la prosperidad, la soberanía y la integridad territorial, y se opone a la injerencia externa en los asuntos internos de Rusia.
En tanto, Moscú reafirma su compromiso con el principio de una sola China, se opone a la independencia de Taiwán en cualquiera de sus formas y apoya firmemente las acciones del gobierno chino para proteger su propia soberanía e integridad territorial, así como para unificar el país.
Respecto a Ucrania, Moscú valora la posición objetiva e imparcial de Pekín sobre la crisis ucrania y acoge con satisfacción el deseo de China de desempeñar un papel constructivo en su solución por medios políticos y diplomáticos.