PRI-NARANJA-VERDE formarían nuevo bloque opositor
El aniversario de la asociación política Vía Veracruzana de Amadeo Flores nos sembró una nueva idea. A la celebración asistieron figuras como Pepe Yunes, ex candidato a la gobernatura en dos ocasiones del PRI, y Luis Carbonell, dirigente de Movimiento Ciudadano y diputado federal plurinominal. La fotografía dejó claro algo que pocos quieren decir públicamente: el reacomodo rumbo a 2027 ya empezó.
En medio de estas señales, el PRI aparece como el único que está logrando ordenarse internamente. Tras años de desgaste, hoy muestra una estructura más disciplinada, y lo que vemos alrededor —las visitas, los acercamientos, los guiños— confirma que sigue siendo un actor imprescindible. No es casualidad que todas las miradas terminen regresando a él.
Incluso en el plano estatal, ya se barajan nombres sólidos. Hace tiempo dije que no era descabellado ver a Javier Herrera Borunda, diputado federal plurinominal del Partido Verde, como opción para la gubernatura en alianza con el PRI tras su informe de labor legislativa donde se dejaban ver operadores políticos del tricolor. Hoy, a esa posibilidad se le suma una nueva variable.
La participación de Luis Carbonell dejó más dudas que certezas. Movimiento Ciudadano debe aceptar con humildad que hoy no es protagonista si lo que busca es un cambio de fondo; además, Carbonell tiene su ombligo enterrado en el PRI por medio de su abuelo, de la generación de Jesús Reyes Heroles. Los une la fraternidad.
Aquí es donde podría consolidarse el suspiro más reciente de Dante Delgado: detentar el poder una vez más, como cuando fue gobernador interino de Veracruz por el PRI en 1988.
Si alguien sale perdiendo en este tablero, es el PAN. La ruptura provocada por los Yunes —que en su lógica de supervivencia hicieron a un lado los intereses panistas— dejó al partido con muy poca esperanza de volver al gobierno en este ciclo.
La traición no solo fracturó alianzas internas, también debilitó la credibilidad de un partido que busca competir sin tener un liderazgo claro ni una narrativa convincente. Hoy el PAN luce desdibujado, y aunque intenta recuperarse, no parece tener la fuerza para enfrentar lo que viene.
Muchos creen que la elección de 2027 dejará establecidas las alianzas del futuro, pero es un error. En Veracruz, las coaliciones jamás son definitivas. Lo que se arme en 2027 no será lo que llegue al 2030. Las lealtades aquí se mueven como las mareas: cambian, retroceden y avanzan según la conveniencia del momento.
El único partido que hoy demuestra capacidad para mantenerse en el centro, para reagruparse y para proyectar hacia adelante, es el PRI.


