COLUMNISTAS

Veracruz, las olas del mal

 

Por José Páramo Castro

 

Algo sucede en Veracruz, pero también en Cazones, que entre morenistas se pelean palmo a palmo su territorio como si tener un cargo público ahí implicara ser propietario del área que gobiernan. La guerra que inicia contra el presidente municipal de Poza Rica, Fernando Remes Garza, tiene remitente con nombre y apellido y viene del fuego amigo.

Las acusaciones contra quien batió récord de simpatías entre los votantes pueden ser muchas, y tan profusamente inventadas como reiteradas. Remes Garza, compitió al mismo tiempo por dos cargos, en ambos ganó, pero la sobrina de Rocío Nahle quería la presidencia municipal de Poza Rica y debió conformarse con una diputación federal por el distrito electoral correspondiente.

Esto no lo perdona Raquel Bonilla Herrera, quien ni por asomo es capaz de tener un cargo de responsabilidad seria y profesional; sin embargo, la guerra la mantiene contra el alcalde de Poza Rica por rencores personales a grado tal que intenta sabotear las obras que quieren erigirse en el municipio para que no luzca la figura del actual alcalde.

Incluso se habla de obras de estructura con inversión federal como el proyecto de una petroquímica modular, que Bonilla Herrera quiere impedir a como dé lugar, a pesar del beneficio que esto implica.

Pero esto no es todo, a esta aparente inconformidad dentro de Morena, que en la mayoría de los casos tienen enquistados rencores personales, se abre una posibilidad de competir por otro partido que es el que acaba de recibir permiso de competir el híbrido llamado Fuerza Solidaria Progresista, que integran los tres partidos rechazados por no reunir ni el 3 por ciento en las elecciones pasadas y ahora compiten junto en Veracruz, por obra y gracias a las autoridades electorales.

Así, Fuerza por México, Redes Sociales Progresista y el Partido Encuentro Solidario, anteriormente Partido Encuentro Social, conformado por pastores y evangélicos en su mayoría, convertirán sus agrupaciones un solo partido, cuyos dirigentes confiesan abiertamente que están en favor de las ideas políticas y la figura de la profesora Elba Esther Gordillo.

Elba Esther Gordillo es la madrina política de Miguel Ángel Yunes Linares, amigo de Ricardo Monreal, quienes crean su grupo para desestabilizar el gobierno del estado de Veracruz, con el pretexto de que hay abusos, autoritarismo y hasta presos políticos y tienen como bisagra nada menos que al ex gobernador interino, Dante Delgado, quien pasó casi dos años en la cárcel de Pacho Viejo, donde ahora se hospeda su correligionario y mano derecha de Monreal, José Manuel del Río Virgen, acusado de ser el asesino intelectual del candidato a la presidencia municipal de Cazones, René Tovar.

También en Cazones fue detenido quien pudo haber sido el líder estatal del PAN en Veracruz, Tito Delfín Cano, pero fue detenido a causa de una orden de aprehensión dictada en 2017, por el entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien lo acusó de corrupción y fraude, pero ahora dice que es un preso político de Cuitláhuac García.

Lo que requiere Monreal es un espacio partidista donde colocar sus ambiciones políticas que lo saquen del marasmo en el que se encuentra porque cada día se le cierran más puertas y sus simpatías se diluyen por su evidente ambición de obtener el poder por el poder y por sus amistades que dejan mucho que desear en la historia negra de la corrupción en México.

 

Los separatistas no quieren salirse de Morena, porque son incapaces de unificar a la oposición y afuera de Morena nada tienen seguro, porque hasta el registro del PAN, MC, PRD y PRI, está en riesgo.

 

La lectura que deben tener los mexicanos en general y los veracruzanos en particular tiene mucho que ver con la conciencia de su entorno. Su percepción e interpretación podría seguir transformando sino avanzar o bien regresar al pasado que representan Yunes, Monreal, Dante y su madrina.

 

 

 

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