COLUMNISTAS

Davos: Tambores de guerra aguados y dispersos

 

Por Arturo Salcido

Davos, ha celebrado su peor cumbre, confundida, desorganizada, desafinada, dispersa, pero como banda de pueblo, pretenciosa y provocadora.

La cumbre de los millonarios, la cumbre del poder mundial, el gran foro del capitalismo se ha derrotado solo.  

En 1944 en Bretton Woods, Estados Unidos; reunió a los despojos de las potencias derrotadas, Japón, Alemania, Italia y a sus derruidos acompañantes aliados, el resto de Europa que no fue liberado y sometido por la URSS y les marcó las reglas del juego que seguiría a partir de ese momento.

Estados Unidos gobernaría el capitalismo mundial y para ello imponía su moneda, sus bancos, sus préstamos, sus criterios, sus bases militares y su modelo económico.

Quedaban también incorporadas y sometidas China y la URSS, pero ya era obvio que no formaban parte de los intereses comunes del bloque capitalista, y menos a largo plazo.

Por el contrario, desde ese momento se les marginaba y quedaba inaugurado el proceso de hostigamiento y campañas de desprestigio, para preparar un ataque definitivo. Contra la URSS se da esa situación desde finales de la guerra, y contra China no cesan nunca, además del apoyo permanente que tuvieron los opositores al ejército popular encabezado por Mao que habría de conducir al triunfo del Partido Comunista. 

 

 

Vale la pena señalar que China con el apoyo de la URSS ha derrotado todas las agresiones que ha recibido de Japón y de Estados Unidos, incluyendo las guerras de Corea y de Vietnam.

Francia, Inglaterra, Alemania con diferentes nombres y composiciones geográficas, han disputado siempre los territorios rusos y a pesar de la mezcla de las familias aristocráticas en casi todos los estados europeos, nunca aceptaron plenamente a los rusos.

En Europa se han dado y han coexistido aristocracias de primera, de segunda y de tercera, aunque esas diferencias sean producto de las telarañas que cada quién trae y aunque todos estén emparentados. Las aristocracias de primera han sido las de Alemania e Inglaterra, en tanto que, Francia, España, Italia, Suecia, Hungría, Dinamarca, Serbia, han sido de segunda.

Sorpresa si decimos que las correspondientes a Letonia, Polonia, Eslovaquia, Austria y otras menores han sido de tercera. Lo más importante es que Rusia vendría a ser de cuarta, nunca la han considerado parte de la familia.

Las aristocracias más sólidas son las que se separaron de la iglesia católica romana y crearon sus propias variantes, Alemania e Inglaterra, y los países que les siguieron en esa línea, las que continuaron sometidas al Vaticano pagaron su pérdida de estatus y los rusos se llevaron la peor parte, con su variante ortodoxa.

Las aristocracias de tercera, Polonia, Ucrania, Letonia, Serbia, España y muchas más, han buscado desesperadamente ganar la simpatía de Alemania, pero los alemanes los han tratado siempre con desprecio.

La mayor parte de los gobiernos y de los pueblos europeos se rindieron a los alemanes sin luchar y les arrojaban flores a su paso, para colmo se ofrecieron como voluntarios para atacar a la URSS.

Estados Unidos se lanzó a disputar los territorios rusos desde la Primera Guerra Mundial. Antes de que terminara la guerra y habiendo sido aliados, invadió Rusia por el norte, preparando un enfrentamiento abierto con la revolución rusa. También a ellos los derrotó el invierno.

Durante la Segunda Guerra Mundial, no sólo habían preparado y lanzado a Hitler, como ahora a la caricatura ucraniana, sino que, cuando era inminente la derrota alemana, intentaron atacar a Rusia.

No han parado nunca en sus ambiciones. De la misma manera en que la gran mayoría de los pueblos europeos son antirrusos.

Esto no va a parar por ahora. Nadie quiere la guerra, pero parece que a todos les conviene.

Con la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos se convirtió en la primera potencia, con la Segunda Guerra Mundial se adueñó de Europa y Japón, con la Tercera quiere Rusia y China.

El pequeño problema es que eso no va a ocurrir. La guerra va a crecer y va a durar muchos años, pero la superioridad económica de China se impondrá.

Rusia y China pueden ganar la guerra, pero no necesitan arriesgar. Lentamente, con paz y ciencia, derrotarán al monstruo.

El mundo vivirá grandes cambios y verá florecer  revoluciones en cien pueblos de todo el mundo.

Una nueva era, anunciada hace casi 200 años, está abriéndose paso. 

 


 

* Director General de publicaciones del Instituto Politécnico Nacional | 2001-2010

* Autor del proyecto de iniciativa de Ley para una Nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos | 2000

* Diputado federal por el Partido Comunista Mexicano | 1979-1982

* Presidente del Colegio Nacional de Economistas | 1989-1992

 

 

Correo: asalcido.b@gmail.com

Twitter: @AsalcidoB

 

 

 

 

 

 

 

 

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