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El INE vuelve a pedir dinero

 

Por Ángel Álvaro Peña

Desde que inició el sexenio la amenaza de los consejeros electorales es la misma ante la proximidad de elecciones, quieren más presupuesto y cada día que pasa les descubren más cuentas secretas, gastos innecesarios, fideicomisos ilegales, prestaciones sin justificación, etc.

Se trata de chantajear y colocarse del lado de la víctima cuando en realidad se trata de un grupo de vividores que se inventaron sus propios montos de retiro, jubilación y despido. No les bastó ampararse para no ser afectados con la reducción de todos los servidores públicos donde ninguno puede ganar más que el Presidente de la República sino que consideran que son privilegiados para tener una democracia millonaria en manos de 11 sujetos que viven como reyes en un país de pobres. Pobreza a la que contribuyeron no sólo por sus inmensas prestaciones sino por su política parcial a la hora de darle beneficios a los poderosos y marginar a los necesitados.

Desde que iniciaron las consultas populares, con las que nunca estuvieron de acuerdo, el argumento fue reiterado sobre la necesidad de más presupuesto. Esta vez no es la excepción y dicen que, al realizar un análisis sobre la reforma en la materia, conocida como Plan B, lo consejeros llegaron a la conclusión de que los cambios están sustentados en criterios de “oportunidad política” y no técnicos, porque lo que vulneran la autonomía del INE al no haber presupuesto suficiente y ponen en riesgo las elecciones de Coahuila y el Estado de México.

Para convencer y convencerse de que lo dicho por los consejeros electorales es real realizaron un espectáculo a través del Segundo Encuentro Regional de funcionarios y consejeros electorales con los integrantes de la estructura estatal y distrital del Instituto, para exponer “riesgos e impactos” de la reforma, cuyo proceso legislativo concluye en febrero, aunque los cambios a de dos de las seis leyes abordadas ya entraron en vigor.

Es decir, se realizan foros costosos para anunciar que no hay dinero. Esto sólo fuera una contradicción si no existiera la permanente amenaza de que las elecciones saldrán mal o no podrán hacerse. De esta manera, si hay algún error en el conteo o se le otorga el triunfo electoral a alguno de sus partidos políticos consentidos, tienen la justificación de que hubo poco presupuesto.

Si estuvieran escasos de recursos no estarían inconformes en la obligatoriedad de devolver recursos no ejercidos a la Tesorería de la Federación. Argumentan los consejeros que los ahorros pueden ser utilizados en elecciones extraordinarias. Además, aseguran que es anticonstitucional no considerar como personal especializado a los integrantes del servicio profesional electoral.

Dos de los consejeros más protagónicos tienen los días contados al frente del INE, lapso que aprovecharán para mostrarse en una pasarela mediática que les dé la oportunidad de emplearse donde ganen mucho y trabajen poco como es tu costumbre.

 

 

Lorenzo Córdova pasó más de 13 años en el INE, todo eso tiempo su tema recurrente era la falta de presupuesto. Siempre pidió más dinero, hubo quien se lo diera, a cambio de favores, y hubo quien le exigió explicaciones sobre el destino del dinero, y ahora señala: “Sujetar al INE a normas administrativas y presupuestarias que regulan al Ejecutivo Federal, cuyas autoridades encargadas de su vigilancia e interpretación son las secretarías de la Función Pública y Hacienda y Crédito Público, y obligar la instalación de módulos en edificios de gobiernos federales, estatales y municipales, vulnera la autonomía constitucional y la independencia que el órgano electoral debe tener con respeto a los actores políticos”.

Entre sus argumentos infantiles asegura que el INE no puede estar sujeto a las reglas de la administración Pública Federal, porque se vulnera su autonomía y provoca “inamovilidad institucional”. O sea que deben darles siempre lo que piden, de otra manera no ha elecciones ni democracia.

Por estas razones, agrega, “la reforma produciría un efecto regresivo incompatible con el principio de progresividad de los derechos reconocidos constitucionalmente, conforme a los criterios adoptados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.

Sus palabras descubren la intención, cada vez que había un pretexto, pedían más dinero y cuando no se lo daban pues dice que no se hacen responsables de los resultados.

Hasta la fecha no ha habido elección donde todos los partidos hayan estado de acuerdo. El IFE primero y el INE después mostró desde su nacimiento parcialidad, falta de certeza y credibilidad.

 

PEGA Y CORRE

Los panistas poco acostumbrados a las reacciones espontáneas de la población aseguran que les enviaron gente a la Suprema Corte a donde fueron a ampararse por la reforma electoral, para insultarlos en plena calle. Eran mexicanos que al pasar por ahí les dijeron lo que pensaban de su políticas y excesos.

 

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes

 


 

 

 

 

 

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