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SCJN no le importa la paz, quiere que México se incendie 

 

Por José Lima Cobos                         

Mientras los ministros de la Suprema Corte de Justicia reciban mensualmente sus emolumentos canonjías y demás privilegios en claro fraude a la Constitución, para que  vivan como reyes —así viven, comen con los mejores vivos y duermen en los sitios de gran renombre— poco les importa lo que sufre el pueblo raso, porque su origen privilegiado,  —que es producto y consecuencia del dedo presidencial que los llevó al sitio donde despachó el presidente Juárez— jamás voltean a ver las necesidades populares,  porque ninguno podrá presumir que se mojo las nalgas para comer pescado, sino que su llega es por las influencias con grupos económicos y políticos, resultado de la oligarquía imperante.

Se ven imponentes con su toga y birrete en las sesiones de la Corte, pero su dignidad  y decoro no se refleja en lo que la Constitución proclama, pues la violentan a su anteojo y la interpretan a su modo y su desvergüenza nos llevan al asombro cuando aceptan una propuesta y esconden sus miserias de formación social al no asumir el cargo, porque  si no se está de acuerdo con el proyecto de quien los propone como está el caso elocuente de Juan Luis González Alcántara, Yasmín Esquivel, Loretta Farjat y Ortiz, deberían exponerlo, tal como Narciso Bassols se lo expuso al presidente Ávila Camacho al no aceptar el cargo Secretario de Educación Pública, por no compartir sus propósitos de cambio.

Cuando vemos que de los once ministros —que estarán en la Corte quince años sangrando al presupuesto de la nación—, sin sudar ni acalorarse —porque tienen un séquito que hace el trabajo de interpretar la ley o referirse a la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos— y al hablar de que existe una fraude a ese ordenamiento jurídico porque el Artículo 21 dice que la policía tiene que ser encabeza por un civil, nada dicen del agandalle en que están inmersos todos ellos , porque les vale un bledo lo que dice el Artículo 127 de ese ordenamiento que no invocan,  porque no les conviene, pues “nadie puede, más que nada, no deben, ganar más que el presidente” y se burlan, eso no es fraude, pero si puede calificar y hay que calificarlo, como un saqueo o atraco a las arcas de la nación y su economía y debería de  acusársele de traición a la patria.

 

 

DECISIÓN DE LA GUARDIA NACIONAL

Que la Guardia Nacional esté inmersa en el Ejército no les gusta a los señores ministros, —cuando el Presidente de la República es el jefe nato de todos ellos—  como tampoco les gusta que el Gobierno de México a través de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico congele bienes de políticos, empresarios o sujetos de cuello blanco que defraudan fiscalmente a la nación, porque exigen ahora que, si no existe una petición de un gobierno extranjero y con su elocuente  jurisprudencia de la segunda sala donde el ex ministro fugitivo, sin duda, —Medina Mora  presentó el proyecto—, que es jurisprudencia para atar al gobierno y se ha logrado ese objetivo al descongelar las cuentas de la esposa del Chapo Guzmán y otros criminales, en síntesis queda probada la actitud negativa de los siguientes portadores de toga y birrete que votaron contra la intervención del Ejército en cuestiones de seguridad, porque les gustaría que ese trabajo lo hiciera el gobierno de los Estados Unidos, mediante “Matéenlos en caliente” sin respetar derechos humanos y sobre todo violando la soberanía nacional

Para que no se nos olviden los nombres de dichos ministros, hoy celosos de la supremacía constitucional integrantes de esa primera sala son o eran: Medina Mora, Pérez Dayán, Javier Laynez, Franco, Luna Ramos y Yasmín Esquivel, ahora bien, los demás ministros que votaron contra la incorporación de la Guardia Nacional fueron: Ríos Farjat, González Alcántara —ponente ambos propuestos por el actual presidente, así como Pardo Rebolledo, José María Aguilar, Piña, Ortiz Mena, en tanto que lo  hicieron a favor fueron Zaldívar— ex presidente de la Corte, con una reflexión profunda donde clarifica que para nada afecta la naturaleza de la guardia nacional esa incorporación, porque en el fondo la dependencia está sujeta a la voluntad del Presidente de la República.

Si el Presidente de la República ha sido claro en cuanto a qué ministros de la Corte forman parte de la oligarquía y traidores, no al presidente si no a la nación, ello podría llevarlos a un juicio político y fincarles responsabilidad, de acuerdo con los artículos 127,105, 108 y 109 constitucionales por sus actos un omisiones contra la nación, pues la seguridad está en peligro y si vemos que ahora si hay un estado derecho y separación de poderes, los tribunales federales tendrán que actuar en consecuencia para que el piso sea parejo.

Ya se vio que con la reforma a la Constitución para que la energía eléctrica esté al servicio de la sociedad mexicana, así como la industria petrolera y 230 diputados votaron en su  contra de ninguna manera se puede alegar que se les reconviene por sus ideas, pues pueden expresar lo que quieran “pero, al emitir su voto, si es contrario a la nación, ahí se refleja la traición a la patria y eso está tipificado en el código penal, luego entonces si los actos u omisiones afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad e eficiencia que deben observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones” tendrán que ser sancionados habida cuenta que existe el juramento de cumplir con la Constitución y las leyes de que ella emanen y en el caso se atenta contra la seguridad nacional como es la paz pública.

Si no hace mucho tiempo se gritaba en todas partes: “salario mínimo al presidente, para que vea que se siente”, ahora se puede señalar lo mismo para los ministros de la Corte y castigo a los malos jueces, magistrados y ministros, que no actúan como servidores públicos, sino como auténticos atracadores de los recursos de la nación.

 


 

Correo: limacobos@hotmail.com

Twitter: @limacobos1

 

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