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Atentado en Veracruz contra la prensa extranjera

 

Por Ángel Álvaro Peña

El Presidente de la República ha tenido consideraciones especiales y apoyo permanente con dos funcionarios públicos de Veracruz; el primero, el gobernador, a quien López Obrador levanta la mano cada vez que lo tiene enfrente; el otro nacido en Nuevo León, pero avecindado en Poza Roca, Fernando Remes, quien no desaprovecha micrófono para decir que es su amigo.

Ambos usan al Presidente para vivir como reyes pero a la hora de corresponder a esa amistad lo hacen quedar mal no sólo dentro del país sino en el extranjero.

Los hechos ocurridos el domingo 14 de mayo en Poza Rica, Veracruz; al retener e incomunicar sin motivo, por más de cuatro horas, al equipo de la cadena televisiva Univisión Communications, encabezado por Andrea Sambuccetti, quien responsabilizó a elementos de Tránsito y Seguridad Vial, de la Secretaría de Seguridad Pública, de esta injustificada acción.

Esto es una explicación del número de comunicadores muertos en la entidad, porque ni siquiera los violentos policías municipales saben respetar el trabajo informativo. Tanto al gobernador como al presidente municipal se les olvida que hay protocolos que facilitan la labor periodística que debe no sólo ser constante su capacitación sino brindar protección ante el peligro que existe en la entidad contra los periodistas.

En este sexenio han muerto en Veracruz siete periodistas, y han sido amenazados un número indeterminado de comunicadores.

Durante el periodo de Cuitláhuac García Jiménez han muerto Jorge Celestino Ruiz, de El Gráfico de Xalapa; María Elena Ferral, del Diario de Xalapa y Quinto Poder; Julio Valdivia de El Mundo de Córdoba, Jacinto Romero Flores, de OriStereo, entre 2019 y 2020.

También José Luis arenas Gamboa, de Inforegio Network; Yesenia Mollinedo y Sheila Johana García de El Veraz, en 2022.

La segunda entidad que más homicidios a comunicadores ha registrado, según Artículo 19, es Sonora con 5 casos. De ahí le sigue Oaxaca con 3; y Guerrero, Coahuila, Michoacán, Baja California y Zacatecas con dos cada uno.

 

REMES EN MUCHOS PROBLEMAS

Por su parte, en Poza Rica hay problemas graves que el presidente municipal no quiere reconocer, como la desaparición de personas, y la violencia contra la prensa que por descuido, negligencia o ignorancia es retenida ilegalmente sin que haya autoridad alguna en la localidad que le puedan orientar a los policías sobre los derechos de los comunicadores.

Los periodistas fueron liberados gracias a la presión de las madres buscadoras que guiarían a los reporteros de Univisión a los lugares de búsqueda, para que en su tarea diaria los acompañaría la reportera y su equipo.

Es decir, que Poza Rica es una tierra sin ley, mientras el Presidente de la República tiene especial contacto con los comunicadores, Remes y Cuitláhuac, no sólo los rehúyen sino que les huyen, evitan su contacto a como dé lugar y desprecian su labor. Ha dejado a más de una periodista con la mano extendida al tratar de saludarlo.

Andrea Sambuccetti, comenta que pasaron “momentos horribles y de mucha tensión”, al ser interceptados por agentes de Tránsito y Seguridad Vial que los acusaron de haber cometido una infracción que no cometieron, los amenazaron con llamar a Migración, a pesar de tener una identificación y permisos para llevar a cabo el reportaje.

 

 

A su camarógrafo Fernando Sánchez un oficial le quitó, ilegalmente, sus documentos y llevó a todos a la delegación de Tránsito y Seguridad Vial en Poza Rica “para realizar un trámite imposible”.

“Fue una retención que duró más de 4 horas y gracias a las mamás buscadoras, que era la historia que íbamos a hacer, de las mamás de hijos desaparecidos en México en manos de los grupos criminales… ellas contactaron a Derechos Humanos y gracias a eso le hicieron la devolución de la documentación a mi equipo y pudimos ir a grabar en estas tierras calientes…”, dijo la periodista.

De no ser por la presión que ejercieron las madres buscadoras para que fueran liberados los periodistas hubieran estado retenidos más tiempo, tal vez días sin que el presidente municipal se enterara de nada porque está muy ocupado impulsando negocios personales y acosando mujeres.

La reportera estadounidense manifestó que lograron desarrollar su labor periodística, a pesar de que aparentemente “las autoridades no quieren que el mundo conozca lo que pasa”.

El equipo de Univision acudió al norte de Veracruz para entrevistar a mamás de personas desaparecidas que no solamente encontraron un predio con pozas clandestinas, sino además indicios de una sala de tortura y un horno crematorio dentro del municipio de Poza Rica. Dichos hechos fueron denunciados a la SSP, y no le dieron respuesta sobre este caso.

Es conocido el desprecio que Fernando Remes siente por las mujeres, incluso por aquellas que han sufrido la pena de perder un familiar y que no saben si está vivo o muerto y en dado caso de un fatal desenlace ignoran dónde están sus restos.

Fue gracias a esas mujeres que los policías liberaron a los reporteros y evitaron que el problema se convirtiera en un conflicto internacional. A pesar de todo, Remes debe agradecer a las mujeres a las que les ha cerrado la puerta en las narices no ser exhibido internacionalmente como un enemigo de la libertad de expresión y un represor. Porque si hubieran quedado más tiempo los reporteros estadounidenses el problema estaría entre los dos gobiernos, el de Estados Unidos y el de México y menudo problema le iba a acarrear a su “amigo” que siempre lo ha apoyado y perdonado. Ahora, el Presidente de la República está más solo que nunca y sus dizque amigos no sólo le estorban sino que lo meten en graves problemas.

 

PEGA Y CORRE

¡Ay Piña! pero qué necesidad tenía de otorgarse a sí misma un reconocimiento internacional que ella misma es la encargada de entregar. Resulta que la Asociación Internacional de Mujeres Juezas está dividida por regiones, y casualmente Norma Piña es la encargada de América Latina, sección responsable de entregar ese reconocimiento en esta parte del continente, a quien Norma Piña considerara digna de ese premio, y quién mejor que ella misma para darlo y recibirlo. Eso se llama desesperación.

 

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes

 


 

 

 

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