COLUMNISTAS

Envío de bombas

 

Por Jessica Woolrich

Cuando más de la mitad de los países del mundo se unen en contra de un tema en común, en este caso en la prohibición de un tipo de arma, uno pensaría que un país como Estados Unidos que suele hablar de la importancia del respeto, el bien común y demás, escucharía las voces de la mayoría, sin embargo no es así como se ha visto en días recientes, ya que después de que el gobierno encabezado por Joe Biden diera a conocer que enviaría a Ucrania, las tan controversiales “Bombas racimo”, las cuales están prohibidas en 108 de los 195 países del mundo, el mundo comenzó a levantar su voz para expresar su rechazo inminente, por lo que rápidamente los gobiernos de España, Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia e Italia principalmente criticaron la decisión de Biden y le solicitaron reconsiderar su plan, pero hasta el momento su petición no ha tenido éxito y el envío sigue en pie, porque según la justificación hecha por el presidente estadounidense, el gobierno de Ucrania se está quedando sin armamento y es la forma que tienen de ayudarlos.

 

 

Y aún con toda la crítica en contra, el gobierno de Ucrania está satisfecho por esto porque aparentemente no ha tomado en consideración que las Bombas racimo representan un riesgo enorme para ellos mismos, sobre todo porque van a ser utilizadas en su propio territorio, por lo que parece increíble que el Presidente Zelensky no se haya detenido a escuchar y analizar las críticas que apuntan a que su uso puede ser muy riesgoso para el pueblo ucraniano.

Es que este tipo de bombas son de acción indiscriminada, porque son armas que contienen múltiples bombas llamadas submuniciones, por lo que su lanzamiento implica un riesgo no solo para un objetivo enemigo específico, sino que el área de impacto abarca un amplio radio que no puede ser previamente determinado, y lo mismo pueden caer sobre áreas enemigas que sobre la población en general, de hecho en el primer semestre del 2022, las bajas civiles por éste tipo de bombas fueron de 698, lo que demuestra el porqué del rechazo hacia este tipo de armas. Es que el riesgo no solamente es en el momento del bombardeo, sino también porque aproximadamente el 10% de las submuniciones no explotan al caer, pero quedan en el suelo como una especie de minas terrestres que cobran víctimas más adelante cuando son activadas, muchas veces por civiles que transitan cerca de ellas.        

Sin embargo, ninguna de estas razones ha sido suficiente para persuadir a Ucrania y a Estados Unidos, por lo que es muy probable que en un futuro se comiencen a conocer los daños colaterales de las mismas, pero mientras eso sucede, el resto de las naciones expresan su rechazo, permanecen como testigos de la incapacidad del hombre de encontrar soluciones que no impliquen la violencia y muerte, porque como dijo Winston Churchill: “La guerra es una invención de la mente humana, y la mente humana también puede inventar la paz”.

 


 

 

 

 

 

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