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Murió Kissinger, el Hitler de EE.UU. más sanguinario en el mundo

Mera coincidencia, puede significar, pero apenas ayer un grupo de senadores republicanos -racistas, clasistas y energúmenos de todo que pueda invocarse como solidaridad humana-se pronunciaron e impulsan una resolución legislativa, para que prevalezca en América latina y el mundo la doctrina que estableció el presidente Monroe, con lo que se justifica la intervención del gobierno norteamericano para que, ese país siga socavando la libertad y la democracia en América y el Caribe mediante una política diplomática consistente en el intervencionismo en las decisiones de los países, para aniquilar cualquier soberanía, precisamente  previa a la muerte de Henry  Kissinger, a los cien años de edad, en su cama y con la conciencia de que no pasó nada.

Este criminal de guerra -de todas las guerras y sufrimientos de los países del mundo- no murió en prisión como hubiera sido lo correcto, sino en su casa y acogido de las temperaturas del cercano invierno, y menos tuvo la necesidad de apurar la cicuta, que probó Sócrates  o el veneno de Hitler -antes de caer en manos de los aliados de la segunda guerra mundial o bien en tribunal que impusieron a los que participaron en esa contienda-cuando viene a ser más lo que el gobierno de Estados Unidos ha hecho en el mundo y cuyas consecuencias se siguen resintiendo y lo será así, tanto no se revolucione a fondo la conciencia de la solidaridad social, del humanismo.

Si bien en la guerra de Vietnam, a quien no pudieron derrotar, pese a las miles de bombas jamás usadas en una guerra y tuvieron que salir con la cola entre la piernas, no menos dolorosos es lo que hizo con Chile donde, para demostrar que la democracia solo se puede aplicar en el gobierno de los Estados Unidos, junto con su política de expolición, atracos y saqueo de los recursos naturales para el enriquecimiento criminal, que conducen a fomentar un golpe de estado o varios, utilizando al chacal Pinochet, a quien colocan en el gobierno y derraman la sangre de miles de chilenos o que vive en el exilio y que ese pueblo no ha podido encontrar en treinta años de dictadura el mejor camino por las resistencias enraizadas en las connivencias criminales y que, al igual con Argentina, Brasil, Centro América, en fin, ahí queda el legado criminal y se extiende a Cub,a Venezuela, Nicaragua, etcétera.

Siendo Kissinger el promotor de las guerras en el mundo y responsable de la migración que permea en todos los países donde llegó su mano, en el caso particular de América Latina y el Caribe, están, sobre todo, los golpes de Estado, que si bien era una constante, con el se afianzan, al ejercer su influencia desde 1969-1977 y al ser retirado de la vida política. Luego de recibir, sin rubor alguno el Premio Noble de la Paz, ese organismo que premia los crímenes de lesa humanidad y a quien desprecian  los derechos  humanos.

Kissinger y Hitler, ambos alemanes de origen, aunque el primero nacionalizado estadounidense son los paradigmas de la liberad, la democracia, de la modernidad y el bienestar social de la humanidad y a ellos  se les debe rendir permanente homenaje de su  insigne proceder, que queda en la historia de la humanidad y recordarlos siempre para que no se olvide ni se repitan esas atrocidades, y lo mismo tiene que hacerse en nuestro país con Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón y Peña porque enajenaron los bienes de la nación a los extranjeros  y nos condenaron a la miseria y pobreza de una nación con  tanta riqueza pero con muchos bandidos y corruptos que se niegan a morir y que resistirán , quedando la esperanza que no hay mal que dure cien años, y veremos, en la esperanza,  que se anide un futuro distinto.

Ahora vemos cómo el partido de la hegemonía política en México,- el nacionalismo revolucionario de la expropiación petrolera, el del reparto agrario, de la electrificación del país, de la educación laica y gratuita y demás bienestar social, ahora que se redujo al  PRIAN, en manos de quienes se opusieron a aquella  política  social,  ha caído en el fango de su corrupción y  en la peor miseria de su vida, al no tener la capacidad de designar un candidato a la presidencia de la república, perdiendo su  figura y dignidad histórica de un solo golpe, de manera tal que solo quedará rescatar sus restos, porque de miserias ya no podrá vivir. Su tumba esta preparada para su entierro, pues si el criminal de guerra  duro   sus cien años, el PRI solo aguantó los setenta.

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