COLUMNISTAS

Oposición sin cambios

Los mismos vicios retóricos con los que perdieron las elecciones se repetirán en los legisladores de la disidencia

Por Ángel Álvaro Peña

Cuando no se tiene comunicación con la población se desconoce lo que necesita y la política que debe seguirse como hasta ahora, este es uno de los principales problemas de una oposición que no ha salido de su esfera de cristal a la hora de hacer política y plantarse pletóricas de dramatismo en los plenos de las cámaras a vociferar sin proponer e insultar sin programas de gobierno.

La oposición tuvo Tres meses para reconsiderar que su política de estridencias no era la adecuada, que con estos alardes de histrionismo sólo perdían votos y simpatizantes; sin embargo, más de una legisladora en lugar de tener un momento de autocrítica para pensar la política que los llevó al fracaso electoral, ahora siguen responsabilizando a otros de su debacle.

No hubo aprendizaje de la derrota, ni siquiera un momento de recogimiento para ver lo que hicieron mal. Ante la ausencia de tribuna, asaltaron los medios de información y las redes con la misma política de insultos y justificaciones fantasiosas para explicar una derrota de la que son culpables.

Todos fueron culpables de su derrota menos ellos, a pesar de tener una política que no transmitía confianza que en lugar de dar ideas propias insultaban o pedían las cabezas de quienes, según los legisladores de la oposición deberían renunciar. Pero nunca fueron capaces de reconocer un error por mínimo que fuera. No saben trabajar más que en la sobre explotación de la soberbia.

La propia candidata sigue culpando a todos fuera de sus partidos de la derrota electoral, sin la menos posibilidad de reflexionar sobre una derrota sin precedente donde ellos tenían en sus filas a sus propios enemigos y no por traidores sino por ineptos.

La gente no quiere sólo cambios de caras, que en varios casos seguirán siendo las mismas, sino un cambio de estrategia que se anuncia como la misma de los últimos seis años en la oposición. Una oposición que, por cierto, acusa continuidad en el contrincante, cuando son ellos quienes le dan continuidad a los gritos y actuaciones dramáticas desde la tribuna del Poder Legislativo

En el caso de Movimiento Ciudadano padecen del mismo problema, pudieran haber logrado más espacios sin sus titubeos en la designación de candidato a la Presidencia de la República. Si Samuel no hubiera tenido tantos descalabros y Máynez un poco más de lucidez, accidentes y cambios bruscos, pero no pudieron con una política de soledad, aunque finalmente era tan pobre el resto de la oposición que se vieron favorecidos con la falta de ejercicio político en la alianza opositora, sin ser ellos precisamente, en MC, unos expertos, a pesar de que su líder moral no es ningún novato en las artes políticas.

Movimiento Ciudadano inició los procesos de renovación de dirigencias en diversos estados, con el objetivo de consolidar sus cuadros y posicionarse como una de las principales fuerzas políticas del país en 2027.

Con este partido sucede lo mismo que con el PRI y el PAN, pero al revés, porque aseguran que les fue muy bien, con optimismo injustificado, cuando pudo haberles ido mejor, y desconocen los malos oficios políticos de sus compañeros del PAN y del PRI, que en realidad fue lo que les impulsaron su crecimiento en las urnas. Porque de ser más lúcidos los candidatos de la alianza pudieron dejar a Movimiento Ciudadano incluso sin registro, pero en más de un caso la derrota acompañó a los miembros opositores haciendo que la voz solitaria de los emecistas luciera sin brillo, pero como única alternativa realmente opositora.

Rodrigo Samperio, diputado federal emecita, después de registrarse como aspirante a la dirección de su partido en el Estado de México, señaló: “Nos estamos postulando porque tenemos que cuidar esos rostros que dieron la cara el 2 de junio, o sea, realmente lo estamos haciendo porque tenemos que asegurar la continuidad de estos cuadros y que, ahora sí en 2027, se consoliden con presidencias municipales y con diputaciones”.

Esto quiere decir que cambios no habrá, que no podemos esperar nada nuevo en la oposición, a la que le dio la espalda el electorado. Esto le asegura a Morena un sexenio más en el poder porque buena parte del descontento de la oposición fue la política gris y sin sustancia de una oposición que no estaba acostumbrada a estar fuera del gobierno.

Así que volveremos a ver gritos y sombrerazos, incluso botargas e insultos a diestra y siniestra, en lugar de propuestas en las tribunas más importantes del país, que seguramente nutrirán la solidez de los legisladores del partido en el poder que, al tener mayoría calificada en la Cámara de Diputados y varios estados del país, como la Ciudad de México y el Edomex, seguramente aprovecharán la manera de aplastar cualquier intento de disidencia seria dentro de las cámaras.

Morena no ganó a pulso la mayoría calificada, fue la oposición la que, al carecer de oficio político, le entregó la facultad de decidir el futuro del país al partido en el poder, aunque después haya tomado conciencia de su pobreza ideológica, en el debate y en los discursos, lo cual pareciera que no cambiará, aunque las caras de los legisladores de la oposición cambien, la estrategia, si así puede llamársele, no cambiará.

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