NACIONAL

Depósito de residuos Cytrar, entre el hermetismo y el descuido de autoridades de Hermosillo

La cantidad de residuos peligrosos que almacena el Cytrar al sur de Hermosillo, entre los que se encuentran plomo y arsénico, dispara las alertas de los especialistas al saber que la zona se encuentra visiblemente descuidada y sin monitoreos que ayuden a prevenir una potencial contaminación ambiental.

Solo 500 metros separan al depósito de contaminantes del sector poblacional más cercano tras una reducción del 90% de la zona de salvaguarda estipulada en el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Hermosillo 2023.

Su condición actual pone sobre la mesa si el habitar en las cercanías es seguro para las más de 19 mil personas que cuentan con un hogar en esa zona de la capital sonorense.

Al llegar a la entrada del confinamiento, sobre la carretera internacional 15, el lugar se encuentra desolado. Lo que antes solía ser una caseta de seguridad, ahora solo es una estructura en pie custodiando el acceso, donde una puerta de alambre apenas impide el paso.

En el sitio se observan dos placas de metal que fungieron como letreros, de los cuales el sol ya ha borrado su texto; no existe ningún señalamiento de advertencia, nada que indique que es indebido adentrarse en el camino de terracería de poco más de dos kilómetros que lleva al área de aislamiento de residuos peligrosos. El lugar luce abandonado.

Las imágenes captadas por el dron que sobrevoló muestran que el punto donde se encuentran almacenados los contaminantes no ha sido visitado en un largo periodo de tiempo, pues la zona luce descuidada y la vegetación crece sobre las celdas del confinamiento, dos enormes placas que se extienden sobre 240 mil metros cuadrados de terreno.

Incluso, sobre ellas se pueden observar árboles, revelando que probablemente el concreto que recubre y resguarda los tóxicos ya está fracturado por la flora endémica, que tiende a arrojar sus raíces a una profundidad considerable en busca de agua.

Sobre las placas de concreto, las cuales a simple vista no están numeradas ni cuentan con algún señalamiento que las identifique o indique lo que contienen, apenas se perciben unos tinacos y la estructura de las chimeneas que funcionan como respiradores del sitio.

En el área también permanecen dos estructuras abandonadas que alguna vez pudieron funcionar como oficinas, bodegas, laboratorios o simplemente casetas de vigilancia.

Desde una altura considerable, el dron logra captar que la antigua laguna de oxidación contiene agua, probablemente recolectada por las lluvias de la temporada que, aunque han sido pocas, ayudaron a que la vegetación del sitio se mantenga en pie, mientras que a un costado se encuentra un gran cuerpo de agua de temporal, el cual forma una laguna a las faldas del cerro contiguo al sitio.

En el interior de la zona también se puede observar ganado proveniente de ranchos de los alrededores, transitando, posiblemente alimentándose de la plantas del lugar o buscando los cuerpos de agua, comprobando así que los cercos que delimitan el sitio tampoco han contado con el mantenimiento y las reparaciones debidas, dándole acceso a los bovinos.

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