Rechazo a comisiones bancarias
Es tiempo de que los banqueros apoyen a la población y empiecen por los más vulnerables
Por Ángel Álvaro Peña
El PRI entendió que para sobrevivir en la escena política de México debe hacer propuestas concretas y en favor de la población. Los priistas que se hermanaron por tantos años con los intereses de los banqueros, han encontrado finalmente su responsabilidad social orillados por la crisis que desde adentro de su organización los desgasta electoralmente.
En este escenario el diputado federal y ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira habló de la necesidad de implicar a los banqueros en los beneficios sociales.
Sí, propuso exentar del pago de comisiones bancarias a las personas mayores de 65 años, que, recordó, en un 37.9 por ciento enfrenta una situación de vulnerabilidad, lo que les dificulta acceder a los servicios financieros.
Rubén Moreira comenta que la exención del pago de comisiones implica a todas aquellas que realíce el adulto mayor, incluido el cambio o envío de moneda extranjera, que si bien arrojan millonarias ganancias a los banqueros, éstos están muy contentos con el actual gobierno ya que les ha ido mejor que nunca.
Las comisiones por apertura, anualidad, administración, uso de cheques, transferencias, depósitos en efectivo, entre otras, los ingresos bancarios se incrementaron en un 40 por ciento, de 2018 a 2023, es decir en el periodo de la 4T, colocando el 80 por ciento de las entradas de los bancos en este rubro.
Los bancos han sido los consentidos del sistema político mexicano desde hace muchos años. Desde el primer banco en nuestro país, fundado en 1784, creado durante el mandato de Carlos III, se creó para financiar a los mineros de recursos medios y escasos. Es decir, aunque en los aciagos y salvajes tiempos de la Colonia, los banqueros apoyaban a la población, de la que ahora viven y viven bien.
Los banqueros no pierden, tienen otras actividades en las que garantizan ganancias y sus riesgos disminuyen prácticamente hasta desaparecer, como el lavado de dinero, las hipotecas, los bienes de los morosos con los que se quedan, tienen una institución que debió desaparecer hace tiempo como el Buró Nacional de Crédito, a través del cual garantizan que sus créditos sean pagados con los altos e injustos intereses que imponen.
El Buró nace anacrónico y violatorio de los derechos humanos, nació en 1996 y debe desaparecer en beneficio de quienes menos tienen, son otros tiempos, donde las garantías deben tenerlas quienes eligieron un gobierno del pueblo y rechazaron un poder de oligarcas. Se creó como auxiliar para garantizar a la banca y agiotistas el pago de sus créditos. Eran tiempos de incertidumbre y desequilibrios económicos. En cada sexenio había por lo menos una crisis económica severa, una devaluación costosa para el pueblo y una inflación que castigaba a los más vulnerables.
Los poderosos exigían cada vez más garantías para ganar más dinero a costa de los necesitados y no perder el recurso de los intereses inexplicablemente altos.
En ese momento surge el Buró Nacional de Crédito, era el sexenio de Ernesto Zedillo, quien llega cabalgando en el error de diciembre, anunciando una mala racha económica. Desde el nacimiento de buró han ocurrido millones de fraudes contra los pobres, a quienes les prometen sacarlos del buró de crédito. Les cobran varias veces por un trámite que nunca inician.
La existencia actual del Buró de Crédito es una instancia que discrimina, detiene la movilidad social, entorpece la productividad, impide el crecimiento y deteriora la economía doméstica.
El buró se convirtió en el principal obstáculo de crecimiento incluso para la banca, el temor fue mayor que la audacia de toda empresa y ahora quienes otorgan créditos están entrampados en las reglas que ellos mismos pusieron para su seguridad.
Es tiempo de que los banqueros formen parte de la sociedad y el Buró de Crédito desaparezca, ya no son tiempos de crisis ni mucho menos clases sobreprotegidas por instancias legaloides.
Se ha abusado mucho del Buró, se utiliza para todo hasta para admitir nuevos inquilinos en casas de renta o comprar un coche inhibiendo el libre desarrollo del comercio en México. Ya no se trata de proteger a los poderosos ahora es un obstáculo para una dinámica comercial de un país en verdadero desarrollo.
Estados Unidos está interesado en inhibir el avance de otros países a través de una especie de Buró de Crédito internacional, de tal suerte que ahora es utilizado como un dique de contención al avance del desarrollo de los países.
La empresa FinTech americana Nova Credit, tiene acceso a los historiales crediticios de ciudadanos que vivan en México, Australia, Austria, Brasil, Canadá, República Dominicana, Alemania, India, Kenia, Nigeria, Filipinas, Corea del Sur, España, entre otros países.
Lo que pudo ser, en su momento un apoyo que garantizara el pago de préstamos e hipotecas ahora es un enemigo del desarrollo donde existen instancias como el Buró de Crédito que no existen en el resto del mundo.
Ahora, el Buró Nacional de Crédito se ha convertido en un enemigo y no sólo de los deudores, los morosos o despistados que dejaron de pagar por diferentes causas sino que afecta hasta a los banqueros.
Al recopilar la información de deudores o “delincuentes” morosos se está afectando la privacidad de los mexicanos en un proceso de confianza que existió entre el deudor y el acreedor, datos que de pronto están en manos del Buró de Crédito. Pero nadie protesta por esta violación a la privacidad y desde el nacimiento de esta instancia, se ve normal. El buró carece de permiso de los deudores para tener sus datos personales, los cuales deben ser sagrados, pero logran intimidar a las personas hasta llevarlas al suicidio. Y no solo eso, venden los datos para que fortalezcan instancias similares internacionales.
El Buró Nacional de Crédito convierte a los pobres en delincuentes, a quienes se les impide avanzar en su vida a través de las facilidades con las que el sistema económico del país cuenta.
El Buró viola las garantías individuales, que supuestamente garantiza nuestra carta magna y pisotea la privacidad de quienes, en su momento, fortalecieron el sistema bancario de todo el mundo.
Las comisiones impuestas por los bancos existen como algo natural, normal pero significa cobrar por un servicio en el que ellos se benefician. Son como los estacionamientos en los supermercados cobran el tiempo que dejan los automóviles en su espacio como si el resto de la estadía en la tienda fuera gratis.