CULTURA

Marilyn Monroe de Warhol, la obra más cara del mundo

Nueva York. El cuadro de Andy Warhol «Shot Sage Blue Marilyn» alcanzó la cifra récord de 195 millones de dólares en la casa de subastas Christie’s de Nueva York.

Este hecho ha convertido al icónico retrato de Marilyn Monroe en la obra de arte más cara del siglo XX. También es la obra más cara de un artista estadounidense jamás vendida en una subasta.

 

 

«Es un precio increíble», dijo Alex Rotter, presidente del departamento de arte del siglo XX y XXI de Christie’s. Según la casa de subastas, un comprador no identificado compró la obra.

La imagen serigrafiada de 1964 muestra a Monroe en un vibrante primer plano, con el pelo amarillo, la sombra de ojos azul y los labios rojos, sobre un fondo turquesa.

La recaudación de la venta se destinará a la Fundación Thomas y Doris Ammann de Zúrich, que tiene como objetivo ayudar a niños con programas de salud y educación.

 

WARHOL SUPERA A BASQUIAT

El cuadro de Warhol también es el más caro para un artista estadounidense, tras superar a su amigo y colaborador Jean-Michel Basquiat, del que se vendió un cuadro sin título con una de sus calaveras por 110 millones en 2017.

Pese a tanto récord, la sensación en la sala neoyorquina era de cierta decepción. Las expectativas por el retrato de Marilyn, con probabilidad la obra más codiciada de Warhol, eran enormes. «La posibilidad de comprar este cuadro ocurre una vez en la vida», aseguraba antes de la puja Alberto Mugrabi, un marchante de arte y miembro de la familia con la mayor colección privada de ‘warhols’, a ‘Artnet’. «No hay ninguna obra más importante que esta», añadía y sabía que sería difícil que alguna similar saliera al mercado a corto o medio plazo.

 

LAS CINCO MARILYNS

El cuadro forma parte de una serie de cinco retratos que Warhol hizo de la actriz. Si hubiera que quedarse con una imagen que explicara el universo del artista de Pittsburgh, su iconografía definida por la fama, la belleza, la muerte y el mercado, esta estaría entre las favoritas.

Marilyn Monroe era un clásico, una figura de santa. Una mártir”, ha explicado a la revista ‘W’ Bob Colacello, el escritor que dirigió ‘Interview’, la publicación de Warhol. “Andy hacía pinturas religiosas para una cultura popular”, aseguró sobre el artista de Pittsburgh, que tenía una gran conexión con la religión.

El cuadro tiene una muesca y una historia propia que añade valor para los coleccionistas. Warhol tenía los cinco cuadros apilados en The Factory, su estudio en el sur de Manhattan, desde donde agitaba la escena cultural neoyorquina. Un día pasó por allí Dorothy Podber, una fotógrafa y artista de ‘performance’ excéntrica, conocida por excentricidades como pasear un ocelote que tenía como mascota por Central Park. Podber preguntó a Warhol si podía «tirar» a los cuadros y Warhol entendió que se trataba de una fotografía. La artista sacó un revólver de su bolso y descargó una bala contra los cuadros. Solo uno de ellos resultó ileso. La cicatriz, sin embargo, es bella, y el incidente solo ha disparado el interés por las obras.

 

 

El desempeño del ‘warhol’ tenía pendiente a todo el mercado del arte, tras dos años de pandemia, con los estómagos de los coleccionistas hambrientos, pero en circunstancias -la guerra de Ucrania, inflación, incertidumbre- turbulentas.

La puja apenas duró cuatro minutos. Su protagonista, además de Pylkkanen y del rostro de Marilyn fue el de la cabellera plateada más célebre del mundo del arte: Larry Gagosian. El coleccionista y marchante estaba en la sala y él fue quien puso el precio definitivo. No estaba claro si Gagosian compraba la obra para él o para un cliente. De alguna manera, su puja cerraba un círculo. Él fue quien intermedió la venta del mismo cuadro en 1986 a los Ammann. Estaba expuesto en su galería de Chelsea y recibió la visita de Thomas Amman. «Él ni siquiera sabía que estaba en la galería», contó Gagosian, también a ‘Artnet’, tras la subasta. «Vino a ver otra cosa, pero lo compró en el acto».

 

 

 

 

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